Interés GeneralLocales
DataCivis y la nueva era del análisis electoral

Tucumán / Octubre de 2025.
El reciente balotaje presidencial en Bolivia dejó algo más que un resultado político: marcó un punto de inflexión en la manera de comprender el comportamiento del electorado.
La plataforma DataCivis, especializada en escucha social y análisis digital, anticipó con asombrosa precisión la victoria de Rodrigo Paz Pereira, proyectando un 55% de intención de voto que luego fue confirmado casi en idénticos números por el Tribunal Supremo Electoral, con un 54,61% frente al 45,39% obtenido por Jorge “Tuto” Quiroga.
Este acierto no es casual. Es el resultado de un trabajo donde la inteligencia artificial, la comunicación política y la investigación social tradicional se integran en un mismo ecosistema. DataCivis emplea algoritmos capaces de analizar millones de interacciones digitales, detectar emociones, medir niveles de influencia y construir mapas de percepción pública en tiempo real.
“Las redes sociales y los entornos digitales son hoy una extensión del espacio público. Saber interpretarlos requiere tanto tecnología como conocimiento humano”, sostienen desde el equipo técnico de la firma.
El avance de estas metodologías plantea un desafío —y una oportunidad— para el mundo político. Durante años, las encuestas convencionales fueron el principal termómetro del clima electoral.
Sin embargo, la dinámica digital ha demostrado que la conversación social puede anticipar tendencias con un grado de exactitud comparable, e incluso superior, a los métodos tradicionales.
Integrar ambos mundos —la medición científica clásica y la inteligencia de datos impulsada por IA— se perfila como el nuevo estándar de análisis político en América Latina.
Esta combinación no reemplaza el trabajo de los profesionales de la comunicación y las ciencias sociales, sino que lo potencia, brindando una mirada más completa y profunda sobre las emociones colectivas, los liderazgos y los estados de ánimo de la ciudadanía.
En tiempos donde la información circula a velocidad de vértigo, la capacidad de escuchar con inteligencia se vuelve una herramienta estratégica. El desafío para los actores políticos no es resistir el cambio, sino incorporarlo: aprender a leer la conversación digital como parte del pulso social y tomar decisiones más informadas, más cercanas y más humanas.