El Ejecutivo presentó el Plan Nacional de Inversión Pública 2026, un documento elaborado por la Jefatura de Gabinete que adelanta un incremento del 48,2% en los fondos previstos para el próximo año, equivalente a $3,7 billones. La novedad más relevante: el sistema ferroviario se convierte en el principal destino de inversión, en un contexto marcado por la emergencia ferroviaria declarada tras el choque de trenes en Palermo en 2024 y por el deterioro financiero de las empresas estatales del sector.
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El ferrocarril, ganador en un presupuesto recortado
El informe oficial detalla que ADIF, Sofse y el Ferrocarril Roca concentrarán $573.370 millones, ubicándose al tope de los nueve grandes proyectos priorizados. Según el Gobierno, la visibilidad social de estas obras —por las que circulan millones de pasajeros— justifica su jerarquía frente a inversiones menos perceptibles, como aviones caza o infraestructura nuclear. El salto ocurre pese al profundo déficit del sector: Sofse cerró el primer semestre con pérdidas cercanas a $40.000 millones, ingresos casi íntegramente dependientes de la venta de pasajes y una infraestructura comprometida, como evidenciaron los accidentes recientes de la San Martín y la Sarmiento.
El nuevo mapa del gasto y el sesgo geográfico
La reorientación de fondos confirma un giro estratégico: Transporte, Energía y Defensa absorberán las mayores partidas del 2026, mientras que las obras viales retroceden en prioridad. La zona Pampeana captará más de dos tercios del total, dejando al interior del país con una fracción menor del esfuerzo inversor. En este marco, la apuesta ferroviaria funciona como mensaje político y técnico: modernizar trenes se vuelve símbolo de gestión visible, pero también un desafío frente a un sistema endeudado, accidentado y con urgencias que exceden el número de obras planificadas.
“El ferrocarril vuelve al centro del presupuesto: inversión alta, resultados aún inciertos.”

El Gobierno proyecta una fuerte suba de la inversión pública para 2026 y coloca al sistema ferroviario como principal prioridad. El sector recibirá más de $573.000 millones, pese a su déficit estructural y a los recientes accidentes que expusieron la fragilidad del sistema.





