Justicia

Fue a comprar al Easy y una pila de maderas cayó: murió su hijo de 3 años

El hecho ocurrió en diciembre del 2017. El niño fue internado en el hospital de urgencia y perdió la vida 3 días después.

La jueza de Control Nº 2, Laura Marcela Barale, confirmó la elevación a juicio del gerente del Hipermercado Easy, sucursal de Av. Bernardo O´higgins 3853, en Córdoba, Gabriel Eduardo Spiteri, y del consultor en Higiene y Seguridad, Martín Ezequiel Garro Iturbe, por la muerte de un niño de tres años ocurrida el 7 de diciembre de 2017.

Ese día, alrededor de las 20.30, Alejandro Zárate fue con su hijo y un amigo para comprar placas de madera. Cargaron ocho en un carro lanza, que tenía una sola pared metálica, base de madera con ruedas, la que retiraron de la zona del estacionamiento.
Las placas tenían más de 1,80 m de ancho y 2,60 m de alto; pesaban 35 kg cada una. Mientras las transportaban, perdieron el precario equilibrio y cayeron aplastando al pequeño.
Lo llevaron a la enfermería del local, pero por la gravedad de las lesiones inmediatamente lo trasladaron al Hospital de Niños donde fue internado en terapia intensiva y tres días después falleció. La autopsia señaló que el deceso ocurrió por “traumatismo craneoencefálico”.

Durante la investigación preliminar se imputó al gerente Spiteri por haber organizado el funcionamiento del comercio sin evitar riesgos para terceros, según lo establece la agenda de trabajo de la empresa. Y a Garro Iturbe por el control deficiente de las medidas de seguridad.

La defensa de Garro Iturbe no se opuso al requerimiento de elevación a juicio, por lo que quedó firme. La jueza Barale se abocó, en cambio, a analizar los planteos de la asistencia técnica de Gabriel Eduardo Spiteri quien sí cuestionó los argumentos de la fiscalía.
La defensa de Garro Iturbe no objetó la elevación a juicio, mientras que Spiteri cuestionó los argumentos de la fiscalía, negando que su conducta hubiera provocado la tragedia y atribuyendo la responsabilidad al padre del niño y su acompañante, argumentando que su comportamiento fue imprudente.

La jueza opinó en forma contraria. La clave fue el uso del carro vela o lanza por parte de los clientes, cuando en realidad no deberían haber estado al alcance del público sino sólo de los empleados, por la morfología y el riesgo que ello conlleva para quien no sabe manipularlo.
Dos datos importantes. Ya existía un antecedente. El 15 de julio de 2015 un cliente resultó herido al transportar cuatro placas de melamina. Al girar el carro, las maderas se le cayeron sobre las piernas. El damnificado sabía manipular el material porque es carpintero, sin embargo por las características del carro no pudo evitar la caída.
La otra evidencia es que después de la muerte trágica del niño, en diciembre del 2017, un relevamiento realizado por un comisionado policial constató que se había colocado cartelería advirtiendo que ese tipo de carros era de uso exclusivo del personal. Ocurrió después del siniestro fatal.

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