Que el 63,9% de los basurales sean crónicos demuestra una falta de políticas públicas que tiene el municipio

El concejal de la capital Carlos Ale, nuevamente cuestinò la cantidad de basurales que tiene San Miguel de Tucuman. El hecho de que el 63,9% de los basurales sean crónicos demuestra una falta de políticas públicas eficientes para erradicar estos focos de contaminación.
Es evidente que el gobierno local no cuenta con una estrategia integral para la gestión de residuos y que sus intervenciones son parciales. La gestión actual se limita a limpiar cuando la acumulación de basura ya es insostenible, en lugar de abordar las causas estructurales del problema, como la falta de contenedores adecuados, la ausencia de recolección eficiente en ciertos sectores y la falta de campañas de concientización por los barrios, pero en relación a las situaciones específicas de cada uno.
No es lo mismo abordar un basural en el sifón que en barrio jardín. La erradicación de los basurales seguirá siendo un anuncio vacío, mientras la ciudad continúa sumida en la contaminación y el abandono. Por otro lado, desde el oficialismo se ha celebrado la publicación de datos que, lejos de ser alentadores, confirman el fracaso de la política ambiental municipal. Transparentar los números no es un logro en sí mismo: es una obligación. La verdadera transparencia sería, por ejemplo, informar cuánto se invirtió en espectáculos como los Martín Fierro, y permitir a los vecinos saber cuántos contenedores podrían haberse adquirido o cuántos baches podrían haberse reparado con esos fondos.
Lamento que esta gestión no sea receptiva a las críticas y quieran acallar mi voz argumentando que vote la ley de emergencia ambiental o la prórroga, ¿acaso no es mi obligación si les doy las herramientas que ellos mismos solicitaron, poderles pedir un seguimiento de cómo se están usando estas herramientas?
Y también esa chicana trillada, vulgar y clásica de haber pertenecido a la anterior gestión, ¿también me inhabilitaría? Cuando yo fui votado por los vecinos de la ciudad, para hoy formar parte de este concejo deliberante; como dijo un concejal oficialista: “el concejo no es una mera escribanía del ejecutivo sino un órgano contralor”, y esa es la función que tenemos todos los concejales, inclusive yo.
Las ordenanzas, pedidos de informes y herramientas de seguimiento que ponemos a disposición no pueden ser ignoradas ni descalificadas. Gobernar también es escuchar, rectificar y rendir cuentas. Nos preguntamos entonces: ¿de qué sirve que nos informen sobre lo que están haciendo, si no están dispuestos a aceptar que lo están haciendo mal? La ciudad necesita planificación real, decisiones eficientes y un gobierno que escuche a sus ciudadanos.
Asi se pronuncio el edil capitalino por intermedio de una comunicado de prensa.