Falta de obra pública y malas decisiones
El combo que dejó a Tucumán sin gas. La falta de gas en el país provocó la suspensión de la venta de GNC en Tucumán y pone en jaque a la industria. Cuáles son las razones que ocasionaron la crisis.
La crisis por la falta de gas llegó a Tucumán: esta mañana, el presidente de la Cámara de Comerciantes Derivados del Petróleo, Gas y Afines, Sebastián Vargiu, confirmó que la venta de GNC estará suspendida hasta mañana a las 6 h.
Tucumán no es la primera provincia que se vio afectada. Córdoba, Salta, Jujuy y Santiago también sintieron el impacto en la venta de GNC, al igual que las principales industrias de Santa Fe y del norte de Buenos Aires.
Las bajas temperaturas y la llegada «adelantada» del invierno provocaron un aumento en el consumo de gas. Sin embargo, hay otros factores relacionados con la gestión nacional que explican la crisis que atraviesa el país.
José Ricardo Ascárate, interventor del Ente Único de Control y Regulación de los Servicios Públicos Provinciales de Tucumán (ERSEPT) y exsecretario de Energía de la provincia, resume la explicación en dos causas: la paralización de las obras públicas y una mala decisión comercial.
El gas que no llega al norte
Vaca Muerta es la segunda reserva de gas no convencional más grande del mundo. Sin embargo, la extracción de este recurso tiene dificultades para transportarse a Tucumán. «El principal motivo es la paralización de la obra de reversión del gasoducto troncal del norte», explicó Ascárate.
El interventor del ERSEPT precisó que hay dos grupos de obras que son necesarias para que el gas de Vaca Muerta llegue al norte: una es el tramo de reversión que va desde Carlota hacia Tío Pujio; la otra, es un conjunto de cuatro reversiones en las plantas compresoras ubicadas en las centrales de la Transportadora Gas del Norte (TGN). Con estas obras, el gas de Vaca Muerta podría transportarse en el sentido sur-norte, llegando a Tucumán y a otras provincias del norte. Según Techint, esto significaría un ahorro de 1.960 millones de dólares de importación de gas al año.
Si bien las obras comenzaron a ejecutarse hace unas semanas, el reloj jugó en contra: recién estarían terminadas en los próximos meses, por lo que los problemas en el suministro de gas persistirán durante todo el invierno de este año. «Se espera que las obras terminen antes del invierno próximo», dijo Ascárate.
Bolivia o Brasil: un dilema comercial
El Gobierno nacional se encuentra a la espera de que finalice la descarga del gas natural licuado (GNL) que compró a Petrobras. Sin embargo, para Ascárate, esta no es la solución más adecuada. «Traer gas licuado de Brasil, hacer la regasificación en la planta de Escobar e introducirlo al Gasoducto del Norte no es una solución definitiva y es bastante complicado», explicó.
La decisión de traer GNL desde Brasil no es menor: el costo promedio se ubica entre 12 y 15 dólares el metro cúbico, mientras que el gas de Vaca Muerta tiene un costo de 4 dólares el metro cúbico, según precisó Ascárate. Por eso, la obra de reversión del Gasoducto Norte, complementario al Gasoducto Néstor Kirchner, suele ser reivindicada por algunos sectores políticos.
En ese sentido, Ascárate mencionó una posible solución, que es la que se aplicó el año pasado: «Se puede negociar un cupo del gas que Brasil tiene con Bolivia. Como ellos no lo están consumiendo, se podría haber negociado que cedan un cupo de 5 millones de metros cúbicos y traerlo al país desde Bolivia hacia el norte argentino».
Más allá de las distintas decisiones comerciales, el problema tiene un impacto directo en distintos ámbitos: mientras que la venta de GNC se encuentra suspendida, las industrias sufren restricciones en el uso del gas para asegurar el consumo residencial. El faltante podría llegar, incluso, a afectar la generación de energía eléctrica: tanto las centrales de El Bracho como la de Güemes utilizan turbinas de gas para generar electricidad, por lo que una falta de este recurso podría impactar en su trabajo.
«Los problemas técnicos no se resuelven con slogans políticos. Se resuelven con gente técnica, que sepa lo que hay que hacer y busque las mejores soluciones», sentencia Ascárate, resaltando la necesidad de abordar adecuadamente la crisis.