Interés GeneralLocales

Santiago de Chile electrificó su transporte público. Mensaje para la AETAT(El futuro no se espera: se maneja)

¿Tucumán puede aspirar a 50 colectivos eléctricos antes de 2030?

Mientras Tucumán sigue apostando a colectivos ruidosos, contaminantes y subsidiados sin control, Santiago de Chile ya cuenta con más de 2.000 buses eléctricos en funcionamiento. ¿Estamos condenados al atraso o podemos cambiar el rumbo?

En 2017, Santiago de Chile comenzó un proceso silencioso pero revolucionario: electrificar progresivamente su sistema de transporte público. Lo hizo con planificación, metas claras, financiamiento internacional y voluntad política. Hoy, la capital chilena tiene la segunda flota más grande de buses eléctricos fuera de China, superando a cualquier otra ciudad de América Latina.

La transformación fue parte del plan “Red Metropolitana de Movilidad”, que integró buses eléctricos, mejoras en infraestructura, cargadores, capacitación técnica y contratos modernos con los operadores. Y lo más importante: los usuarios sintieron el cambio. Unidades silenciosas, sin vibración, con aire acondicionado, Wi-Fi y cargadores USB. Todo lo que el tucumano promedio todavía ni sueña cuando se sube al 118 o al 4.

Beneficios concretos de la electrificación

• Menor contaminación sonora: los buses eléctricos no generan ruido, lo que mejora la calidad de vida urbana.

• Cero emisiones locales: al no usar diésel, reducen gases tóxicos como óxidos de nitrógeno y material particulado.

• Menores costos operativos: aunque son más caros al inicio, el costo por kilómetro es hasta 70% menor que el de los colectivos a gasoil.

• Menor dependencia de subsidios: una flota moderna y eficiente necesita menos ayuda estatal por mantenimiento y combustible.

En un momento donde se discute el rol del Estado, la eficiencia del gasto y la necesidad de cuidar el ambiente, Santiago da una lección: se puede tener un transporte público moderno sin que eso implique más impuestos ni clientelismo. Solo hace falta gestión y visión.

Una hoja de ruta para Tucumán: 50 colectivos eléctricos antes de 2030

Sí, se puede. No necesitamos copiar el modelo chileno de forma exacta, pero sí inspirarnos en su enfoque. Tucumán tiene todas las condiciones para empezar una transición real hacia un transporte más limpio:

Fase 1 – Plan Piloto (2025-2026)

• Incorporar 10 unidades eléctricas en el corredor Yerba Buena – San Miguel – Tafí Viejo.

• Estaciones de carga en dos puntos estratégicos (terminal y acceso norte).

• Convenios con universidades para monitoreo de eficiencia y experiencia de usuarios.

Fase 2 – Expansión gradual (2027-2028)

• Sumar 20 unidades más en líneas de alto tránsito (9, 118, 101).

• Financiamiento mixto: fondos internacionales, leasing verde y alianzas público-privadas.

• Capacitación técnica a choferes y mecánicos.

Fase 3 – Consolidación (2029-2030)

• Llegar a 50 colectivos eléctricos operativos.

• Crear un centro provincial de movilidad sostenible.

• Integrar el sistema eléctrico al esquema tarifario y de subsidios nacional.

¿Y el costo?

Un colectivo eléctrico cuesta alrededor de US$ 300.000, pero con financiamiento internacional (BID, CAF, fondos verdes), planes de leasing o incluso apoyo de automotrices interesadas en posicionarse, el costo inicial no es el obstáculo. Lo que falta es decisión política y presión social.

Tucumán no tiene por qué resignarse a seguir respirando humo negro. La tecnología existe, el dinero también. Lo que falta es voluntad. ¿Vamos a esperar que nos lo impongan desde Buenos Aires? ¿O vamos a liderar desde el norte una revolución en movilidad sustentable?

El futuro no se espera: se maneja.

FUENTE; https://quediario.com.ar/2025/07/20/2315/ 

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba