El gobierno de Milei negocia con siete gobernadores el reparto de fondos a cambio de apoyos legislativos
Salta, Jujuy, Neuquén, Mendoza, Catamarca, Chaco y Entre Ríos enviaron a sus máximos mandatarios para negociar, cara a cara, con el Ejecutivo nacional. La consigna es clara: apoyo legislativo a cambio de fondos frescos. Nadie lo dice abiertamente, pero todos lo entienden.
En un clima donde las transferencias no automáticas se manejan con cuentagotas, los gobernadores saben que un gesto de buena voluntad en el Congreso puede valer millones. Para Milei, que necesita cada voto para avanzar con su agenda, el acuerdo es casi inevitable. Para los mandatarios provinciales, acorralados por la caída de la recaudación y la parálisis de obras públicas, es una cuestión de supervivencia.
La lista de visitantes ilustra el mapa de la negociación: Gustavo Sáenz (Salta) busca reactivar obras estratégicas y resolver el conflicto docente; Carlos Sadir (Jujuy) pidió asistencia para cubrir desequilibrios fiscales; Rolando Figueroa (Neuquén) intenta resguardar el flujo de regalías y fondos para infraestructura; Alfredo Cornejo (Mendoza) juega una partida doble, midiendo costos políticos; Raúl Jalil (Catamarca), Jorge Capitanich (Chaco) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos) se mostraron abiertos al “diálogo institucional”.
El objetivo de la Casa Rosada no es solo lograr respaldo a la Ley Bases, sino también ir tejiendo alianzas con vistas a octubre. Aunque Milei repite que no hace política, su mesa chica ya piensa en ampliar la base de sustentación de cara al segundo tramo del año. Las fotos con gobernadores no son casuales.
Mientras tanto, los ciudadanos siguen esperando respuestas concretas en sus provincias. Y aunque el pacto fiscal es el eje formal de los encuentros, la verdad se encuentra en los márgenes: en los favores prometidos, las obras habilitadas, y los silencios pactados en el recinto.
