Salta: los empresarios del transporte denuncian a la estatal Saeta por una deuda millonaria.


“Las empresas están cobrando con varios meses de demora. Saeta agotó sus propios fondos, dejó de anticipar el pago de gasoil y tuvo problemas para abonar sueldos y aportes patronales”, indicaron fuentes del sector empresarial, que prefirieron mantener el anonimato. Advirtieron, además, que la sostenibilidad del servicio está en riesgo, en un contexto de creciente incertidumbre financiera y falta de respuestas concretas por parte del Gobierno provincial.
La preocupación no es menor. El sistema de transporte público de Salta es utilizado diariamente por más de 300.000 personas en la capital y localidades aledañas. En los últimos meses, los operadores realizaron una fuerte inversión privada para renovar la flota, con más de 100 unidades nuevas, adquiridas a través de financiamiento bancario. “Invertimos esperando que el Gobierno cumpliera, pero hoy la previsibilidad desapareció”, lamentaron los empresarios.
Desde la empresa estatal, el presidente de Saeta, Claudio Mohr, reconoció los retrasos, pero negó que la deuda supere los $ 6.000 millones. “Esa cifra es incorrecta. El pasivo ronda los 2.500 millones de pesos y no se refiere exclusivamente a las operadoras, sino también a otros prestadores, como los del sistema de boleto electrónico”, precisó. Mohr adjudicó la crisis a la eliminación de subsidios nacionales y a la dificultad de la Provincia para compensar el faltante. “Los recursos no alcanzan y eso genera demoras en los pagos”, afirmó.
El funcionario también se refirió a los reclamos de las empresas por la renovación de la flota. “Saeta no tiene compromisos asumidos respecto a la compra de unidades. Lo que hacemos es acompañar con el valor del kilómetro recorrido. Las inversiones corren por cuenta de los operadores”, aclaró.
Los prestadores del servicio, sin embargo, sostienen que los problemas van más allá de las cuestiones presupuestarias. Atribuyen parte del deterioro a internas políticas dentro del Gobierno provincial, que trabarían decisiones clave y retrasarían la autorización de pagos. “El problema no es solo de recursos, sino de conducción. Saeta está atrapada en un tironeo político que termina afectando a todos”, describieron.
En este escenario, los empresarios exigen una solución urgente que permita regularizar los pagos y evitar el colapso del sistema. “Estamos al límite. Si no se estabiliza pronto la situación financiera, corremos el riesgo de que el servicio comience a resentirse seriamente”, advirtieron.
Mohr, por su parte, aseguró que se están haciendo esfuerzos para mantener el sistema en funcionamiento. “Este mes logramos pagar los sueldos y el aguinaldo. Es un esfuerzo grande, pero seguimos trabajando para estabilizar la situación”, sostuvo. Y añadió: “La crisis del transporte no es exclusiva de Salta. Rosario de la Frontera es un ejemplo, pero el ajuste impacta en todo el país”.
Mientras tanto, la incertidumbre crece y los usuarios del sistema miran con preocupación la posibilidad de que una crisis financiera se traduzca en una crisis de servicio. El transporte, uno de los servicios esenciales para la movilidad de los sectores más vulnerables, atraviesa una de sus horas más delicadas. Y las respuestas, por ahora, parecen estancadas entre disputas políticas y restricciones presupuestarias