Liliana Argañaraz: «Aprendí de estos 19 años que no hay que callarse y hay que hablar con los medios para tener presencia con el caso de su ser querido»

Liliana Argañaraz a casi dos décadas de la desaparición de su hermana Beatriz, en diálogo con Café Prensa, se refirió a cómo se encuentra y cuál es el estado de la causa. Finalmente, respondió a las preguntas del PING PONG.
«Nos rompimos en mil pedazos y a pesar de haber pasado 19 años no nos podemos recuperar como familia porque todavía seguimos viviendo en el pasado. Nos quedamos en el 31 de julio cuando me enteré de que Bety no llegó a su trabajo. En ese momento no lo podía creer, conocía tanto a mi hermana y lo puntual que era ella, sobre todo en ese día tan importante. Por lo que en ese mismo momento sentí que algo le había pasado», comenzó relatando sobre el momento que se enteró de la desaparición de su hermana mayor. «Comencé a llamar a todos lados (hospitales, comisarias) para saber si le había pasado algo, pero nunca tuve respuesta. A partir de ese momento salí a la calle con mi familia y no paramos. Lo que hicimos ese 31 de julio, lo seguimos haciendo ahora: caminamos, miramos caras para saber si alguien vio algo que nos ayude. Es incomprensible que sacaran a Bety de ese departamento céntrico sin que nadie viera nada, porque desapareció en ese lugar», continuó Liliana respecto a su lucha.
Además, Liliana destaca la importancia de recuperar a su hermana, «para poder hacer un duelo y cerrar una etapa». Aunque, hace hincapié que el caso de Bety sentó jurisprudencia en la provincia, ya que fue la primera vez en lograr una sentencia por asesinato sin encontrar el cuerpo. Sin embargo, expresa lo que sintió al comenzar los procesos judiciales y su experiencia de esta lucha: «Nunca había entrado al Palacio de Tribunales, no sabía cómo era ni qué se hacía porque nunca estuve en una situación así. Entre en otro mundo, en esos pasillos fríos donde, a veces con mucha ilusión, caminaba porque te encontrás con gente que está en las mismas situaciones dolorosas. Aunque no sabía cómo manejarme al principio, entendí que tenía que tener presencia y estar parada en la puerta de esa Fiscalía octava porque había una familia que estaba esperando respuestas».
«Desde el primer día que entré a tribunales y me encontré con la prensa no podía decir ni una palabra y cuando tuve la primera charla con un colega de ustedes, entendí que esta era la forma de hacerlo. Tuve que sacar fuerzas para tragar el llanto y entender que tengo que expresarme, es importante, porque con este micrófono vamos a miles de personas que nos pueden ayudar», reflexionó sobre su exposición pública durante la investigación del caso. Sin embargo, en estos 19 años, Liliana admitió que no podría considerarse como una consejera para otras familias que pasan por lo mismo, ya que «a veces puedo hablar algo y otras no puedo aconsejar, solo puedo abrazar a las personas y decirles que entendí su dolor». «No puedo considerarme como consejera en estos casos porque me cuesta mucho. Entiendo lo que es esto de vivir la desaparición de personas y lo único que aprendí de estos 19 años es que no deben callarse, deben estar presentes en tribunales y hablar con la prensa para tener presencia con el caso de su ser querido a pesar de estar desaparecido. Sobre todo, tener presencia ante las personas que trabajan en el ministerio de Seguridad y Tribunales», agregó brindando esta última recomendación para quienes transitaran una situación similar.
Estado de la causa del caso Beatriz Argañaraz
«En 2009 se hizo el juicio en el cual hubo un compromiso de la justicia de seguir trabajando y recuperar el cuerpo de Bety, que hasta el día de hoy no entiendo qué ocurrió con ella. Siempre he pensado que podría haber un accidente, nunca pensé que sus compañeras de trabajo atentaran contra ella y mantuvieran ese pacto de silencio», sentenció. «Me pregunto que, si hubo un movimiento en menos de cuatro horas, con una denuncia y hubo un trabajo de fiscalía con menos de 12 horas. ¿Qué pasó? Si se movió todo en ese día, cómo puede ser que no sepamos nada de Bety a 19 años.. Creo que alguien las protege, estoy muy segura porque Susana Acosta y Nélida (Marcos) Fernández sacaron de alguna forma a mi hermana de ese departamento y alguien se quedó con mi hermana. Tres o cuatro días después encontraron manchas de sangre con luminol a pesar de todos sus intentos por ocultarlo. Entonces sigo preguntándome que, si todo el proceso fue rapidísimo, en qué momento la sacaron y cómo pasaron 19 años sin encontrar a Bety», continuó sobre la situación actual.
«Hoy todo lo que se puede hablar es de los beneficios que tienen, han estado en libertad condicional. Fernández volvió al penal por incumplir una de las pautas que es un cambio de domicilio y que pueden manejarse como quieren. Están en deuda con la Justicia todavía y tienen que ser controladas, si bien están con tobilleras, hay que ver si están en funcionamiento o no. Lo importante es el cambio de domicilio que hicieron, sin autorización judicial, porque no son ciudadanos comunes, son delincuentes con libertad condicional», argumento. «Así también deben obedecer a las pautas. En el caso de Fernández volvió al penal y este lunes tendremos una audiencia por la revocación de la libertad condicional de Acosta ya que son personas que tiene deudas con la justicia», señaló. Finalmente se refirió a la búsqueda de Bety y expresó lamenta llegar a Tribunales y que «hoy no hay nadie que este trabajando en el caso de desaparición de mi hermana porque para ellos es un caso cerrado, pero esto no es así».
PING PONG
Liliana respondió que el responsable de no haber encontrado a su hermana es la justicia y señaló que «no hay seguridad en Tucumán». Además, expresó no estar conforme con la condena de Fernández y Acosta. Finalmente, admitió que no pierde la esperanza de encontrarla y que le gustaría «poder despedirla si no se encuentra en esta tierra».