Venta de Loma Negra

La cementera está a punto de concretar el tercer cambio de manos en casi 100 años de historia.
Así, mientras se prepara para celebrar sus 100 años en agosto de 2026, Loma Negra quedó otra vez en el centro de una operación de traspaso multimillonaria.
Su fundador falleció en 1976 y a partir de ese momento su esposa, Amalia Lacroze de Fortabat, más conocida como Amalita Fortabat, tomó el mando de la cementera.
La viuda, que era 44 años menor que su marido, llegó a convertirse en una de las empresarias argentinas más destacadas del siglo XX. Ella fue quien lideró una transformación profunda de la empresa, modernizó su infraestructura y expandió su modelo de negocio, diversificando su actividad principal hacia el transporte ferroviario y marítimo.
Nacida en 1921 en el seno de una tradicional familia aristocrática porteña, casi nadie apostaba a que su desempeño como empresaria alcanzaría el éxito. Sin embargo, pasó de ocupar un lugar decorativo en los salones de la aristocracia nativa a conducir uno de los mayores grupos empresariales del país. De esa forma, la «dama del cemento» extendió su influencia más allá del ámbito empresarial, ya que fue una figura central de la vida social y cultural del país. Su red de relaciones incluyó presidentes, artistas, intelectuales y embajadores.
Dueña de un estilo inconfundible, con su peinado rubio impecable y elegancia indiscutida, se convirtió además en interlocutora habitual de todas las gestiones presidenciales que se sucedieron a partir de 1976, año en que María Estela Martínez de Perón fue derrocada por el golpe militar.
Su vínculo con el arte fue otro de los pilares de su legado. En 2008, esa pasión tomó forma institucional con la inauguración de la Colección de Arte Fortabat, en Puerto Madero, un museo privado que selló su lugar como figura central del panorama cultural del país. Ese rol también le dio un reconocimiento internacional, que quedó plasmado en el retrato que el artista pop estadounidense Andy Warhol le hizo en 1980 y que permanece exhibido en el museo de Puerto Madero.
El primer cambio de manos
En 2005, luego de sostener e impulsar la cementera durante 19 años, Amalita Fortabat tomó una decisión trascendental para el futuro de la compañía: la vendió al grupo brasileño Camargo Correa por alrededor de u$s1.000 millones.
Fue su última decisión de gestión empresarial, ya que hasta su muerte en 2012 se dedicó de lleno a la filantropía y el mecenazgo. De esa manera, Camargo Correa pasó a ser uno de los principales jugadores en el mercado nacional y regional de la construcción, ya que Loma Negra sumó sinergias con InterCement, la compañía del grupo con operaciones cementeras en América Latina, África y Europa.
Entre 2005 y 2017 Loma Negra mantuvo su liderazgo en el mercado argentino, pero vivió años más tumultuosos que los precedentes: aplicó varios procesos de reestructuración interna, incluyendo la centralización de operaciones con el objetivo de dar impulso a una mayor eficiencia productiva, algo que no siempre consiguió.
Segundo cambio: el ingreso de inversores externos
Por eso, en 2017 se tomó una decisión trascendental desde la casa matriz de Camargo Correa en San Pablo, Brasil: InterCement lanzó una oferta pública inicial (IPO) de Loma Negra en la Bolsa de Nueva York (NYSE) y en BYMA (Bolsas y Mercados Argentinos), lo que implicó una apertura del 48% del capital de la compañía.
Esto permitió la entrada de inversores institucionales y minoristas que aportaron fondos frescos como parte de una estrategia para dar un nuevo impulso a una compañía que no había crecido todo lo que sus dueños pretendían. A partir de entonces, Loma Negra se convirtió en una sociedad anónima con participación pública y comenzó a reportar resultados financieros de forma periódica.
De todos modos los problemas no se resolvieron del todo. En 2021, en un contexto de crisis financiera del grupo Camargo Corrêa en Brasil, surgió la primera especulación sobre una posible venta de activos, incluyendo Loma Negra. Pero finalmente los brasileños optaron por mantener el control de la cementera argentina, considerada un activo estratégico por su liderazgo en el mercado local, donde tiene casi 50% del market share.
Lo que viene: nuevo dueño capítulo tres
En el marco de la convocatoria de acreedores de InterCement en Brasil, se está cocinando el caldo de otro cambio de manos para Loma Negra. La cementera argentina es uno de los activos más importantes que se puso en juego en esa negociación. Su valuación de mercado ronda los u$s1.500 millones, según la cotización de sus acciones en Buenos Aires y Nueva York.
En la última asamblea de acreedores de InterCement, que se hizo la semana pasada en San Pablo, se logró un acuerdo tras un semestre de discusiones difíciles de conciliar.
Entre los acreedores sentados a la mesa de negociaciones estaba el argentino Marcelo Mindilin, dueño de la energética Pampa Energía y la constructora Sacde, entre otras empresas. Precisamente, a través de una de sus compañías energéticas –Argentina Generación– compró el 60% de las acreencias de Banco Itaú sobre InterCement por u$s45 millones. Esta operación le abrió la puerta para conversar mano a mano con sus pares en esa instancia.
Ahora se abrió un paréntesis hasta el 15 de agosto para retomar los detalles finales de la negociación, que involucran un acuerdo entre los acreedores para ver quién se quedará con el 52% de las acciones de InterCement en Loma Negra. Según pudo averiguar Ámbito, la mayoría de los titulares de la deuda financiera de InterCement están interesados exclusivamente en recuperar los dólares que le habían prestado al grupo brasileño y no tienen pretensiones de gestionar una fábrica de cemento en Argentina, menos aún en un contexto económico complejo como el que atraviesa actualmente el país.
El único que tiene un interés real por Loma Negra es Mindlin, quien proyecta una integración vertical de la cementera con su constructora Sacde. Si bien esta empresa no tiene un perfil alto como Pampa Energía, cuenta entre sus trabajos más conocidos la obra del gasoducto Néstor Kirchner y la reversión del gasoducto Norte, en sociedad con el grupo Techint.
La actualidad de Loma Negra
Loma Negra tiene ocho fábricas de cemento en Argentina, distribuidas en Buenos Aires, Neuquén, San Juan y Catamarca. Domina casi 50% del mercado nacional de cemento.
Produce y distribuye cemento, cemento de albañilería, cal, agregados y concreto, a distribuidores mayoristas, productores de concreto y clientes industriales, entre otros. Además es propietaria de la concesión ferroviaria Ferrosur Roca, una red con 3.100 kilómetros de extensión que utiliza para la distribución nacional de sus productos y que conecta 4 provincias y 5 de sus plantas con los principales centros urbanos del país y otras localizaciones estratégicas.
Mientras se define su futuro tercer dueño, Loma Negra sigue adelante con sus planes de consolidación y expansión. Recientemente completó una inversión de u$s70 millones destinada a modernizar la infraestructura de sus siete plantas industriales para adecuarlas a la implementación del nuevo sistema de comercialización de cemento en bolsas de 25 kilogramos, en reemplazo de las tradicionales de 50 kilogramos.
Además, la semana pasada la compañía realizó una nueva colocación de Obligaciones Negociables por casi u$s113 millones, pagadera en dólares MEP, con vencimiento a 24 meses de plazo y a una tasa de 8% anual. Pagará intereses semestrales y la amortización al vencimiento.