
En política, las decisiones no se toman solo por convicción. A veces, el poder se defiende desde la urgencia. Osvaldo Jaldo, que hasta hace semanas tejía una convivencia razonable con el gobierno nacional, terminó encabezando la lista de diputados nacionales del PJ tucumano. Pero no lo hizo por ambición, sino por necesidad. La amenaza de fractura interna lo obligó a moverse.
El detonante fue Javier Noguera, el exintendente de Tafí Viejo, quien amagó con disputar por fuera si el armado oficial seguía coqueteando con Milei. Esa presión lo empujó a Jaldo a tomar una decisión estratégica: despegarse de la Casa Rosada, reconstruir el relato peronista tradicional y encabezar el frente antimileísta en Tucumán. Así, el gobernador no solo busca una banca: necesita preservar el control del PJ en tiempos de desorientación nacional.
Los números avalan la jugada. Según datos de la consultora ZR/Desjardins Opinión de Quality Group, la base de la encuesta, 1350 casos en hogares, presencial, muestra total Provincia; el oficialismo provincial lidera con 44% de intención de voto. Le sigue una Libertad Avanza en ascenso, que cosecha 30% con una lista encabezada por Lisandro Catalán y fortalecida por el impulso presidencial. El Frente Unido por Tucumán, con Roberto Sánchez, se mantiene competitivo con 19%, pero sin capacidad de crecer. Más atrás, Fuerza Republicana y CREO apenas logran 4% y 1%, respectivamente.
Pero detrás de los números hay un reacomodamiento político más profundo. Jaldo entendió que el experimento de la cordialidad con el gobierno libertario tenía un límite: la base peronista tradicional, los intendentes y dirigentes intermedios no estaban dispuestos a pagar el costo simbólico de pactar con quien desprecia el Estado. Y cuando Noguera amenazó con capitalizar ese malestar, Jaldo reaccionó.
El nuevo discurso del gobernador se alinea con esa relectura: defensa del federalismo, crítica a los recortes, tono combativo. La inclusión de Gladys Medina como segunda en la lista y del propio Noguera en tercer término selló la tregua interna, y unificó al espacio detrás de un objetivo común: frenar el avance de Milei en Tucumán.
En paralelo, La Libertad Avanza dejó de ser una expresión marginal para convertirse en la segunda fuerza. Catalán, Gizzone y Pelli construyen con método y narrativa. Y aunque aún dependen del arrastre presidencial, están aprendiendo a jugar el juego provincial.
El radicalismo, con Sánchez, resiste pero no entusiasma. Fuerza Republicana de Bussi vive de sus glorias pasadas. Y Paula Omodeo, desde CREO, parece una dirigente para otro tiempo: sensata, formada, pero desintonizada con la furia del presente.
Esta elección intermedia no definirá el rumbo del país, pero sí dirá mucho sobre Tucumán. Si Jaldo gana con holgura, se convertirá en el principal referente del PJ del NOA. Si Milei logra meter un diputado, consolidará una nueva oposición. Y si Noguera logra instalarse, habrá dado el primer paso para pelear la sucesión en 2027.
Porque, en el fondo, nadie juega por una banca. Todos juegan por el poder.
POR Por Máximo García Hamilton – FUENTE;https://quediario.com.ar/2025/08/02/jaldo-rompio-con-milei-porque-noguera-lo-empujo-al-abismo/