Diseñó un casco de Boca para Franco Colapinto

Y logró que lo firme un ídolo: Manuel Feito sueña con poder conocer al único representante argentino en la Fórmula 1 para darle el regalo. “Ya me mandó un mensaje”, reveló. Franco Colapinto nunca ocultó su fanatismo por Boca. Aunque hoy lo exprese con menor intensidad, siempre encontró la forma de hacer alguna mención o referencia al club de sus amores cuando tuvo la oportunidad.
Del otro lado del mundo, mientras el piloto argentino compite en la Fórmula 1, un artista de Trenque Lauquén decidió homenajearlo con un casco muy especial: los colores y el escudo del Xeneize y nada menos que la firma de Martín Palermo.
El autor de la obra es Manuel Feito, quien descubrió en el diseño y pintado de cascos una pasión que le sirve como cable a tierra en medio de las obligaciones de la empresa familiar. En su recorrido ya había logrado obsequiarle uno especial a José María “El Flaco” Traverso y ahora se propuso un nuevo objetivo: regalarle un casco de Boca a Colapinto.
“En enero empecé a pensar una forma de agradecimiento por todo lo que está haciendo. Lo que hace Franco es para aplaudirlo, nos guste o no, está en la Fórmula 1. Entonces, si no lo bancamos como argentinos, ¿qué nos queda?”, contó Feito en diálogo con TN.
El desafío de conseguir la firma de Palermo
La misión no fue sencilla. “Empecé a tocar puertas y se me cerraron todas. Pero esta idea tenía buenas intenciones, seguí insistiendo y llegué a Palermo. Fue muy loco”, relató.
“La idea era agasajar a Franco con algo del club que tanto menciona, mostrar su admiración por él y poder unir dos cosas totalmente opuestas, como el automovilismo y el fútbol. (El deporte) es algo que lleva pasión y constancia: tenés que insistir para llegar a tener un reconocimiento como el que tuvo Palermo. Por eso, también le pude rendir tributo a él. Fue suerte”, explicó.

La reacción del papá de Colapinto
Cuando el casco ya tenía la firma de Palermo, Manuel se contactó con Aníbal Colapinto, papá del piloto argentino. “Se lo mostré y me dijo: ‘Esto es espectacular, me encanta. Ya que quieras hacerle un regalo a Franco me parece muy lindo, pero esto es como un trofeo para él’”, reveló.
Y continuó: “Me dijo: ‘Ahora que voy se lo muestro’. Fue a Países Bajos. Cuando llegó, se lo mostró y me contó Franco vio el video y se volvió loco. Me avisó: ‘Seguramente te va a llamar’. Y así fue: me mandó un mensaje agradeciéndome y contento por el trabajo”.
Un proyecto de pasión y esfuerzo
“Ese casco es una replica y no es apto para usar (en la F1), necesita una homologación FIA. Solamente con que Franco lo tenga en su casa, para mí es un montón”, aclaró Manuel.
Y destacó el rol del padre de Colapinto en todo el proceso: “No lo conozco personalmente, pero me ayudó muchísimo”.

“Me dio la energía para seguir con esto porque tuve que comprar un casco, hacer el diseño, pintarlo y conseguir la firma de Palermo. Fue mucho tiempo y desgaste. Y cuando lo ves a Franco como es, tan humilde y espontaneo, es igual al padre”, señaló.
“En el posteo del caso Aníbal me comentó ‘sos un fenómeno’ y por eso yo le respondí ‘los frutos no caen lejos del árbol’. Me di cuenta de que es una persona simple y generosa, y que no es por nada que Franco sea así también. Yo no soy nadie, él es una estrella internacional, piloto de la F1 y me mandó un mensaje. Fue un gran acto de generosidad”, expresó.
Un tributo a dos ídolos argentinos y el encuentro pendiente con Colapinto
Manuel explicó cuál fue otra de sus motivaciones en esta iniciativa que unió a dos ídolos como Palermo y Colapinto: “Lo que busco es demostrar admiración. Personas como Martín o como Franco llevan la bandera argentina en los hombros y tratan de dejarla lo más alto posible. Me dan ganas de darles un abrazo y decirles ‘gracias’. A veces se los castiga demasiado, y pocos entienden lo que realmente implica estar en ese lugar”.
Sin embargo, el casco todavía no llegó a las manos del piloto de Alpine.
“La idea era entregárselo en mano. Hay dos opciones: ir a un Gran Premio, que la veo difícil, y la otra es esperar que venga a la Argentina. Aníbal ya me dijo, ‘en mi casa vas a ser bienvenido. Cuando venga Franco, te venís y le das el casco’“, cerró, profundamente ilusionado.