En Tucumán, la política volvió a su estado más puro: anticipación, desconfianza y acumulación.
Mientras el discurso nacional habla de ajuste, baja de impuestos y fin de privilegios, la provincia hace lo contrario sin pedir permiso. Sube Ingresos Brutos y Sellos y, al mismo tiempo, confirma que fue la provincia que más Aportes del Tesoro Nacional acumuló en todo 2025, con $20.000 millones. No es incoherencia. Es rosca.
La consigna que ordena el tablero es simple: sin caja no hay poder. Y cuando el poder se empieza a disputar, la caja se blinda. El aumento de impuestos no responde a una urgencia técnica ni a una emergencia social. Responde a una lógica política defensiva. Jaldo recauda adentro lo que mañana puede no llegar desde afuera.
El mensaje es claro puertas adentro del oficialismo provincial: la dependencia de la Casa Rosada es útil mientras dura, pero peligrosa si cambia el viento. Los ATN llegaron porque hubo votos, alineamiento y gobernabilidad. Pero nadie en serio cree que ese flujo esté garantizado en un escenario electoral abierto. La caja nacional es discrecional; la caja propia, no.
Ahí aparece 2027 como horizonte real, no como especulación lejana. Jaldo gobierna hoy, pero administra pensando en pasado mañana. Un año electoral con un frente opositor competitivo exige músculo financiero, margen de maniobra y autonomía. En política, el que llega sin recursos llega debilitado. Del otro lado, el nombre de Lisandro Catalán empieza a ordenarse como algo más que un rumor. En distintos espacios ya lo mencionan como posible candidato a gobernador, encabezando un armado opositor al peronismo tucumano. La sola posibilidad de una disputa real acelera decisiones. La política no espera encuestas: se prepara antes.
La suba de impuestos y la acumulación de fondos no son hechos aislados. Son señales. Tucumán entra en modo campaña temprana, aunque nadie lo diga en voz alta. Y cuando la política entra en ese modo, el relato importa menos que la caja. En una Argentina sin moneda fuerte y sin estabilidad, los gobiernos se cubren como pueden. El peso no es refugio, el poder tampoco es eterno. Por eso, cuando el calendario avanza, la política hace lo que siempre hizo: asegurarse hoy lo que puede faltar mañana.
Por Máximo García Hamilton_




