*»Reconozcan la improvisación, pidan disculpas y devuelvan el saldo de las Ciudadanas urgente»

Los ediles señalaron que esta es otra improvisación del nuevo sistema y que sólo pensaron en devolver ese dinero cuando se vieron expuestos.

«Los tucumanos no comen vidrio. Diga lo que diga el Municipio, no estaba previsto devolver los saldos de las tarjetas, como venimos exigiendo hace semanas. Si así lo hubieran querido, hay cuestiones que no cierran: ¿Por qué lo dicen ahora, si llevamos meses en este tránsito caótico de canje de tarjetas? ¿Por qué no previeron la situación de los pasajeros que canjearon la tarjeta Ciudadana y hoy no pueden presentar ningún plástico para exigir su dinero? Todo este proceso fue y sigue siendo una improvisación tras otra», plantearon los concejales José María Canelada y Gustavo Cobos tras las declaraciones del secretario de Movilidad Urbana, Benjamín Nieva, al anunciar el reintegro del dinero que tenían los usuarios en las tarjetas en desuso.

En ese sentido, los ediles, quienes expusieron esta situación el 30 de abril y presentaron notas ante Aetat y el Municipio el 7 de mayo para exigir que se devuelva el saldo de las tarjetas, señalaron que todo el proceso de cambio de tarjetas estuvo y sigue marcado por la improvisación. «Tuvimos que hacer presentaciones formales y exigir respuestas para que recién hoy alguien hable del tema. Reinaba el silencio. Ahora, lo único que resta es devolverlo y pedirles perdón a los usuarios. Que nos vengan a hablar de los saldos negativos cuando los pasajeros tuvieron que pagar uno y hasta dos nuevos plásticos en algunos casos es casi un insulto. Ese saldo negativo está pagado y con creces».

Por último, los concejales reclamaron un mea culpa por toda esta situación. «Hemos tenido meses de confusión, el trastorno de cuatro tarjetas simultáneas, idas y vueltas con la información y ahora esto. Todas estas cosas lesionan la confianza hacia los servidores públicos y generan un profundo malestar. Las decisiones de los gobiernos tienen que ser para mejorar la vida de la gente, no complicarsela. Y en todo este proceso no hay una sola decisión que haya facilitado la vida al pasajero. Lo más honesto hubiera sido que reconocieran que se equivocaron y que de inmediato comience la restitución del dinero».