Un basural a cielo abierto en San Pedro de Colalao

A dos kilómetros de la plaza principal de San Pedro de Colalao, en el camino que conecta esa localidad con Chulca, se puede divisar una mancha blanca en una de las lomadas que componen el paisaje, interrumpiendo el verde de la naturaleza. No es nieve, ni mucho menos una ilusión producto del reflejo del sol: es una mancha enorme de basura. 

Antes del 2019, los residuos de la localidad se depositaban frente al Cementerio de la localidad, a la orilla del río Tacanas. Por la cercanía tanto a los pobladores como al afluente, este basural terminó siendo cerrado y trasladado a la ubicación actual.

Sin embargo, los vecinos de la zona denuncian que los residuos aún siguen sin tener un tratamiento específico. Incluso, a menudo se puede ver una columna de humo blanco que se desprende del basural debido a la quema de los restos allí depositados.

«Hasta el día de la fecha, nunca dejaron de quemar la basura. Ellos argumentan que no son ellos los que la queman, pero es responsabilidad de ellos el predio, entonces tienen que controlar que no se queme. Han facilitado que la basura se baje en cantidad quemándola«, denunció un vecino del casco céntrico de San Pedro, quien apuntó contra las autoridades de la comuna.

«El basural anterior tenía doce años y este ya lleva seis. O sea que estamos hablando de 18 años. Ya van a andar los platillos voladores y esta gente sigue quemando la basura», criticó el vecino, que no quiso que su nombre sea publicado.

El crecimiento del basural no solo puede constatarse presencialmente. Una vista satelital al área que funciona como depósito de residuos otorga una ilustración clara de su dimensión, pasando de ser un espacio verde a un descampado cubierto de esta «mancha» de basura.

Basurales a cielo abierto: un problema para el ambiente y para la salud

En Argentina existen más de 5.000 basurales a cielo abierto. Como indica el propio Gobierno nacional, estos basurales carecen de medidas de seguridad, por lo que pueden encontrarse residuos peligrosos y patogénicos. Particularmente, son un foco de contaminación en múltiples aspectos.

En primer lugar, los residuos depositados generan un líquido llamado lixiviado que de no controlarse puede contaminar el suelo y las aguas superficiales. Este tipo de contaminación es especialmente riesgosa en el caso del basural de San Pedro de Colalao, pues se encuentra a tan solo 300 metros del Río Tacanas.

Además del lixiviado, estos residuos generan un biogás compuesto por una mezcla de metano y dióxido de carbono. Estos gases contaminan la atmósfera y dañan la capa de ozono. El metano es altamente inflamable, lo que puede ocasionar que la basura se queme. Esto explicaría las frecuentes columnas de humo que se pueden divisar desde kilómetros de distancia.

«Nosotros descubrimos lo que estaba sucediendo a pocos metros de nuestras casas por el olor que despide la basura cuando se prende fuego. Además de los problemas que causa el olor pestilente y los roedores, ahora tenemos miedo de que las llamas se descontrolen en cuanto comience la estación seca y genere un incendio forestal«, había advertido hace unos años Gustavo Rico en una nota del diario El Tucumano.

Pero, más allá de la contaminación del medio ambiente, este tipo de basurales generan diversos problemas a la salud. Problemas neurológicos, malformaciones congénitas, bajo peso al nacer y enfermedades como dengue y cólera son algunas de las tantas complicaciones que desencadenan.

La falta de respuestas por parte de las autoridades

Según las declaraciones del vecino mencionado, son numerosas las denuncias que se hicieron acerca del tratamiento de estos residuos en la Defensoría del Pueblo. «La Defensoría no ha intervenido. Hay denuncias del 2022 y de antes«, precisó. Respecto al delegado comunal, también declaró que «no ha abordado el tema para nada» en los últimos seis años. «Si vos ves que están quemando la basura, hacé el relleno sanitario», pidió.

El relleno sanitario es una de las alternativas existentes para el tratamiento de la basura. El terreno se prepara para aislar totalmente los residuos creando distintos «módulos». Generalmente, estos módulos son impermeabilizados con una capa de bentonita, otra de polietileno y otra de suelo vegetal. La basura es depositada y compactada allí, hasta que se completa el espacio y se procede a extraer los líquidos y gases generados.

La desidia en la gestión de los residuos y en la falta de un tratamiento que conserve el medio ambiente y que proteja la salud de la población es sintetizada por nuestro testigo con una frase corta, pero contundente: «Le estás dando cáncer a tu gente cuando la tenés que cuidar».