Las rutas a los puertos del Gran Rosario están detonadas y complican la cosecha
Por ahora, el precio de la soja derrumbado en los mercados internacionales, las retenciones y la brecha cambiaria, no terminaron de convencer a los productores para liquidar la cosecha y aguantan la producción pero cuando cambien las condiciones, habrá una avalancha de camiones que generarán un caos en las localidades portuarias.
El problema arrastra décadas de desidia y de promesas incumplidas de distintas gestiones y nunca se encaró un plan integral de infraestructura para la zona por la que se despacha el 80% de las exportaciones argentinas.
Entre San Lorenzo, Timbúes y Puerto San Martín concentran 15 terminales agroexportadoras y tres termoeléctricas donde se mueven fortunas en dólares. Así todo, los caminos siguen sin mantenimiento: «si esto no se revierte, en 4 o 5 años el Gran Rosario va tener serios inconvenientes», consideró Leo Raimundo, intendente de San Lorenzo.
Para el alcalde radical, hay temas fundamentales en la agenda de la región: que se preserve el régimen de biocombustibles, obra pública en infraestructura para las accesos portuarios y el dragado del río Paraná a 42 pies para permitir el ingreso de buques más grandes. Además, la situación catastrófica de los caminos a los puertos pone en crisis la teoría de Milei sobre la obra pública que repite que deben hacerla los privados en razón a la utilidad que tenga. Ninguna de las agroexportadoras se ocupó en financiar los caminos.
A su vez, los cascos urbanos de las localidades de San Lorenzo y Puerto San Martín están atravesados por redes ferroviarias que diariamente interrumpen el tránsito con maniobras de trenes de 80 vagones. «Hay veces que tenemos que estar esperando más de media hora para que liberen el paso», se quejó un vecino que sufre el tema.
El caso de Timbúes tiene algunas particularidades porque el ingreso a los siete puertos, más uno en construcción, tienen ingresos de tierra y si bien, los municipios cobran una tasa de 10 mil pesos por camión para el mantenimiento de las arterias en zona urbana, la localidad no tiene el mínimo mantenimiento y apuntan a una mala administración de Fiorenza, su intendente. Lo cierto es que estos temas fueron expuestos al ministro de Interior, Guillermo Francos recibió a los alcaldes y les prometió ocuparse del tema.
Se verá si queda en una nueva promesa o se resuelve un problema que no abordó el peronismo ni el macrismo en las últimos años.