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¿Hay unidad en el peronismo tucumano?

La foto de Osvaldo Jaldo y Javier Noguera reunidos en Casa de Gobierno parece un gesto de unidad. Pero en política, como en el póker, las sonrisas muchas veces esconden cartas marcadas. ¿Hay unidad real en el peronismo tucumano o es sólo una tregua táctica frente a un enemigo común que viene creciendo en silencio: La Libertad Avanza?

El reloj electoral avanza. La fecha límite para presentar listas nacionales es el 10 de agosto, y en el PJ tucumano todos lo saben. En las últimas semanas se sucedieron conversaciones reservadas, llamados cruzados y reuniones discretas. En ese ajedrez, la figura de Jaldo emerge como el articulador de una posible lista de consenso que contenga a todos los sectores. Pero las heridas internas no están del todo cerradas.

Javier Noguera, exintendente de Tafí Viejo y referente del kirchnerismo local, ya dejó trascender que está dispuesto a competir si no hay acuerdos amplios. Su acercamiento al gobernador puede interpretarse como un paso hacia la unidad o como un movimiento para marcar presencia en la mesa chica. Por su parte, Gladys Medina, ligada a Darío Monteros, ya confirmó sus intenciones de renovar su banca. La puja entre estos tres espacios define mucho más que una lista: define el lugar del peronismo en un nuevo tablero nacional.

Mientras tanto, en la vereda de enfrente, La Libertad Avanza acelera su armado provincial. Aunque sin nombres rutilantes, el fenómeno Milei sigue teniendo eco en una parte significativa de la sociedad tucumana, sobre todo entre los más jóvenes, los desencantados y los que no se sienten representados por los partidos tradicionales. No se trata sólo de bronca, sino también de una identidad emergente que interpela al sistema político sin pedir permiso.

El riesgo de fragmentarse no es menor. Una lista del PJ dividida podría dejar la puerta abierta a que la fuerza libertaria capitalice esa dispersión, más aún si logra sumar apoyos de sectores conservadores o del PRO residual. En ese caso, Tucumán —una de las provincias más leales al peronismo desde 1983— podría sorprender en octubre.

Por eso la pregunta no es si Jaldo y Noguera se llevan bien o si firmaron la paz. La verdadera pregunta es si el peronismo tucumano está dispuesto a arriesgarlo todo en una interna sin cuartel o si va a priorizar la estrategia común para frenar el avance libertario.

La historia del peronismo enseña que, cuando se siente amenazado, suele cerrarse y reaccionar con fuerza. Pero también enseña que, cuando sobran los egos y faltan los acuerdos, se ha sabido autoboicotear.

El tiempo corre. La unidad puede ser el escudo… o la trampa.

fuente:https://quediario.com.ar/2025/07/24/hay-unidad-en-el-peronismo-tucumano/

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