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Los políticos argentinos a los que el Papa Francisco jamás perdonó

El extinto Sumo Pontífice no olvidó viejas traiciones pergeñadas para esmerilar la influencia que proyectaba su figura. Los kirchneristas y macristas a los que les dio vuelta la cara: Sergio Massa, Aníbal Fernández y Marcos Peña.

En el programa Desde el Canil, emitido por Bravo TV, el periodista Franco Lindner repasó una de las facetas menos conocidas del fallecido Papa Francisco: su capacidad para perdonar —ampliamente reconocida— tenía también límites claros. «Abrazó a enemigos, pero no a todos», sostuvo Lindner, y enumeró tres figuras de la política argentina con quienes el Pontífice mantuvo un distanciamiento irreversible.

Sergio Massa

Según relató Lindner, en 2009, cuando Sergio Massa era jefe de Gabinete de Cristina Fernández de Kirchner, impulsó una maniobra para apartar a Jorge Bergoglio del Arzobispado de Buenos Aires. La intención era enviarlo a un rol secundario en la Pontificia Comisión para América Latina, en un intento por quitarlo de la escena pública local.
«En ese momento, Bergoglio era una figura incómoda para el oficialismo, considerado el líder espiritual de la oposición», explicó el periodista. La operación habría sido coordinada con el entonces nuncio apostólico en Argentina, el sacerdote italiano Adriano Bernardini.

Desde entonces, Francisco le cerró todas las puertas a Massa.
Aníbal Fernández

Otro de los nombres vetados por el Papa fue el de Aníbal Fernández. “El Papa nunca lo quiso”, afirmó Lindner. Durante la interna del peronismo en 2015, Francisco dio señales de apoyo a Julián Domínguez, rival de Fernández en la disputa por la gobernación bonaerense.
La desconfianza hacia Fernández, indicó el periodista, venía desde su etapa como intendente de Quilmes, cuando la sospecha de vínculos con el narcotráfico comenzó a proyectarse sobre su figura. Esa sombra marcó un antes y un después en la percepción del Papa.
Marcos Peña

El exjefe de Gabinete de Mauricio Macri, Marcos Peña, completa la lista. Según Lindner, la relación se quebró tras la visita de Macri al Vaticano, marcada por una notable frialdad. Poco después, desde el entorno papal detectaron una supuesta campaña de desprestigio en redes sociales impulsada por el macrismo, que apuntaba directamente contra Francisco.
«Pasó de la confesión a la traición», resumió el periodista, al referirse a la relación personal que Peña había mantenido previamente con el Papa. Además, recordó que el estratega del PRO, Jaime Durán Barba, minimizó públicamente el peso político de Francisco al afirmar que “el Papa no mueve ni diez votos”.
Ese desdén, sumado a los ataques en redes donde se lo tildaba de chavista o comunista, desilusionaron profundamente a Francisco, que interpretó la situación como un acto de ingratitud por parte de Peña, alguien a quien había acompañado en momentos difíciles.

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