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En una pequeña celda para el ex-senador Alperovich

Es una celda de 6 x 3 m², igual a las otras 24 que están en el pabellón. Dentro hay una cama amurada al piso, un inodoro, un lavabo, una mesa con un banquito y un mueble para guardar su ropa. Una ventana con barrotes le permite, al menos, mirar al exterior. Allí pasa sus días José Alperovich, el otrora hombre fuerte de  Tucumán quien, hace exactamente un mes, fue condenado a 16 años de prisión por abuso sexual. Allí espera que las instancias superiores reviertan ese fallo o, al menos, que de confirmarlo le permitan cumplir la pena en uno de sus domicilios, sea en Capital Federal o en  Tucumán. Por ahora, esa posibilidad parece, sin embargo, lejana.

Alperovich fue sentenciado el 18 de junio, en la sede del Tribunal Oral en lo Criminal N° 29 de Capital Federal, donde fue juzgado desde el 5 de febrero. La causa se inició a fines de 2019 cuando una sobrina y colaboradora lo denunció por nueve casos de abusos sexuales: dos en Buenos Aires y el resto en  Tucumán. El juez Juan María Ramos Padilla dio por probados los dichos de la denunciante, quien en la primera jornada del debate detalló durante siete horas los padecimientos que dijo haber sufrido a lo largo de tres meses, entre 2017 y 2018. Así lo habían pedido también el fiscal Sandro Abraldes, quien había requerido una condena de 16 años y seis meses de prisión, y los representantes de la querella Pablo Rovatti y Carolina Cymerman, quienes habían solicitado 22 años de pena. Por su parte el defensor Augusto Garrido había pedido la absolución por considerar, justamente, que no había pruebas contra Alperovich.

Desde entonces, el hombre que gobernó la provincia durante 12 años y que además fue senador nacional fue trasladado al penal de Ezeiza, luego de que el juez Ramos Padilla dictó la prisión preventiva hasta que la sentencia quede firme. A partir de ese momento, en distintas respuestas a planteos de la defensa, Ramos Padilla quiso dejar en claro que Alperovich no tendrá ningún beneficio mientras permanezca detenido.

Durante este mes, el juez rechazó todos los planteos que realizó la defensa: tanto para pedir la prisión domiciliaria como para que el condenado tenga algunos beneficios extras. Por ejemplo, los hijos del ex senador, Gabriel, Mariana, Sara y Daniel, lo visitaron cinco días seguidos desde el 19 de junio. Y allí se les terminó el tiempo que tienen todos los detenidos para recibir familiares, amigos o conocidos por mes. Garrido solicitó que flexibilizara esta situación, pero Ramos Padilla lo negó, por lo que la familia recién podrá verlo a fines de este mes. “Más allá de los principios humanitarios expresados por la defensa, que comparto y hago míos, no puedo contrariar la ley, máxime teniendo en cuenta que de esto puede derivarse un perjuicio para el resto de la población carcelaria o para sus autoridades, afectando así las normas de convivencia que pueden despertar reclamos similares a partir de cualquier tipo de excepción. En definitiva, si ignoramos la reglamentación que rige la materia, se genera el peligro de afectar el mejor funcionamiento y la organización interna de la unidad penitenciaria”, afirmó el juez en su rechazo.

El magistrado fue particularmente minucioso con los pedidos que realizó la defensa para que Alperovich reciba atención médica externa al penal de Ezeiza; más teniendo en cuenta que en ese centro penitenciario hay un hospital modelo. “En este proceso la defensa ha presentado múltiples escritos -dos el 19, dos el 24, uno el 26 y dos el 28 del mes pasado; dos el 2 y tres el 3 del mes en curso- vinculados a visitas, a exámenes médicos, a tratamiento psicológico, entre otros. La realidad es que muchas de esas peticiones ya habían sido atendidas por este Juez, que desde el mismo momento de la detención adoptó todos los recaudos necesarios e impartió las órdenes correspondientes para asegurar una atención integral -física, psicológica y psiquiátrica- del detenido José Jorge Alperovich”, dijo Ramos Padilla.

Y agregó: “De aquí se desprende uno de los principios que he citado al comienzo, en lo que hace a la atención individual de los internos, compatible con la que también debe tenerse en cuenta para el resto de la población carcelaria. Interpretarlo de otra forma importa desconocer el artículo 16 de la Constitución nacional, puesto que se le estaría otorgando privilegios a un interno determinado, en desmedro de los demás”. Luego añadió: “Por eso es que, más allá de la insistencia y las múltiples peticiones, no puedo permitir que se afecte el orden carcelario de una unidad penitenciaria que cuenta con un hospital propio y de vasta trayectoria, para efectuar diversos y recurrentes traslados. Especialmente cuando la norma contempla la circunstancia de que, bajo ciertos lineamientos que han sido mencionados, a expensas del interno, los profesionales de la salud pueden trasladarse hasta el lugar donde se encuentra alojado a los fines que estimen más adecuados”. Y para no dejar dudas, Ramos Padilla advirtió: “Tan rigurosa viene siendo la atención médica por parte del Servicio Penitenciario Federal que se ha llegado al punto extremo en el que nos han informado que el interno sufrió una pequeña lesión cortante en uno de los dedos de su mano mientras se afeitaba”.

Así, Alperovich pasa sus días en la cárcel sin ningún beneficio y espera que su situación se resuelva lo antes posible. El primer paso procesal que debe tener en cuenta ocurrirá el 16 de agosto, cuando se conozcan los fundamentos del fallo. Con ellos el defensor podrá recurrir en Casación y, de ser necesario, ante la Corte Suprema de Justicia, para que se defina su situación. La sentencia no estará firme hasta que el máximo tribunal se expida. Para eso no hay plazos. Y pueden pasar años para que se conozca esa resolución.

El día a día dentro del penal

El pabellón de abusadores en el que el ex gobernador José Alperovich comparte su tiempo con otros 25 presos tiene un área de uso común que se utiliza como comedor. En ese lugar hay un anafe, una estufa, un televisor, un freezer, tres teléfonos fijos y un ventilador. También hay un gimnasio compartido con otros pabellones y una huerta en la que los presos, si quieren, pueden trabajar. El día comienza a las 7, cuando los guardias hacen el recuento. Luego los internos pueden participar de actividades en los talleres, por lo cual se les paga un sueldo si es que trabajan. A las 14 se reparte el almuerzo en viandas, aunque ellos pueden elegir cocinar su propia comida. Según un informe oficial, a las 19 vuelve a hacerse un recuento y tras esto los presos pueden seguir sus actividades hasta la medianoche, con la cena en el medio, hora a la que deben volver a sus celdas. Tienen permitido permanecer con la luz prendida para poder leer. Y a las 7 recomienza el ciclo que se interrumpe únicamente en ocasión de visitas.

Espera una decisión de Casación

José Alperovich espera que la Cámara Nacional de Casación admita o no un recurso de Casación que presentó su defensor Augusto Garrido, al considerar arbitraria la detención del ex gobernador, ordenada tras el juicio a pesar de que la condena no estaba firme. En caso de admitirlo, se debe sortear una sala que llevará adelante su tratamiento. Garrido recurrió la Casación en base al análisis que hizo el juez Juan María Ramos Padilla quien consideró que “en caso de recuperar su libertad (Alperovich) intentará eludir el accionar de la justicia y perjudicar los objetivos del proceso ya que cuenta además de su poder económico, con una inmensa red de contactos sociales y políticos que inexorablemente podrían facilitar su salida del país o su ocultamiento”.

El defensor del ex gobernador, Augusto Garrido, pide que se le permita cumplir la prisión preventiva en un domicilio particular. “Es absurdo que una persona pública como Alperovich, que producto de este juicio fue estigmatizada al extremo, tenga posibilidades reales de emprender una fuga”, puntualizó. /La Gaceta

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