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Gastronómicos advierten que el horario corrido puede implicar la muerte para muchos establecimientos

Para la titular de la cámara gastronómica de Tucumán, el horario corrido afectará sobre todo a los bares que funcionan en las galerías céntricas.

Empresarios gastronómicos de Tucumán analizaron las posibles consecuencias que acarrearía la puesta en vigencia del proyecto de ley que apunta a imponer el horario corrido para el comercio en los bares y restaurantes de San Miguel de Tucumán.

Según la iniciativa elaborada por el legislador Hugo Ledesma, que derivó en posiciones contrapuestas entre empresarios y empleados; la actividad comercial debería desarrollarse entre las 9 y las 17.
Esta iniciativa cuenta con el apoyo del Sindicato de Empleados y Obreros del Comercio (SEOC), sobre todo a partir del último incremento en el transporte público de pasajeros, que elevó el valor el boleto urbano a un mínimo de $ 690, con lo que un trabajador del sector debe afrontar un gasto en movilidad diario de casi $ 2.800.
“Si a las 17 cierra el comercio, al mediodía la gente se va a su casa”, afirmó Constanza Bauque, quien conduce la Cámara de Actividades Gastronómicas de Tucumán (CGA).
La empresaria aventuró que la circulación de posibles comensales disminuiría tanto en el almuerzo como en la merienda. “Cuando el público viene a realizar sus compras en el horario de la tarde se sienta a tomar algo, es parte de la experiencia”, describió.“Con las subas de alquileres, servicios e insumos y la falta de previsibilidad de precios, la reducción del flujo de comensales implicaría la muerte para muchas cafeterías, especialmente las de las galerías comerciales”, agregó.
Y amplió sus argumentos sosteniendo que “hoy en día los empleados de comercio no consumen en los bares del microcentro, a consecuencia de la situación económica”. Para la dirigente empresarial, que los trabajadores deban almorzar durante una jornada laboral de 9 a 17 no implicaría una nueva fuente de ingresos para los restaurantes de la zona comercial.
La empresaria recordó que cuando se aplicó el horario corrido durante la pandemia, debido a las restricciones de circulación que fueron impuestas con el objetivo de gestionar la crisis sanitaria, los comercios alimenticios se vieron afectados.
Luego de exponer todas sus reservas, la empresaria admitió que existe una tendencia, presente en muchas ciudades del mundo, a adaptarse a este tipo de jornada, ante lo cual consideró que “tendremos que aggionarnos en algún momento, es inevitable”.“Cada vez es más difícil encontrar personas que quieran trabajar con horario cortado”, advirtió Carlos Álvarez, dueño del bar “Belfast”, ubicado en la Santa Fe al 506, considerando que el cambio no tendría efecto en las ventas y que los empleados de las cocinas también son perjudicados por la crisis que afecta al transporte.
“El boleto tiene un precio muy elevado y la mayoría de los trabajadores no le encuentran el sentido a volver a sus casas para tener que salir en unos minutos”, indicó, empatizando con los reclamos.
“Nosotros estamos intentando acomodar el delivery, hacer un turno desde la mañana al mediodía y después solo una guardia a la noche”, comentó.
Dadas las particularidades del servicio, los empleados que preparan comidas elaboradas para ser degustadas en el salón tienen que trabajar en dos turnos.

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